Salud Mental
Entiendo los problemas de salud mental como consecuencia de la confluencia de una serie de factores de diversos tipos: no sólo biológicos (predisposición genética, alteraciones fisiológicas), sino también psicológicos (vivencia de acontecimientos vitales estresantes o traumáticos, problemas en el desarrollo psicológico...) y sociales (relación con otras personas y con el medio). Todos vamos acumulando a lo largo de la vida una serie de factores de riesgo, y otros de protección (autoestima, relaciones positivas, ambiente familiar adecuado, crianza sana...). El balance entre unos y otros factores en cada persona en cada momento es responsable de nuestro estado de salud mental, que puede fluctuar a lo largo de la vida.
Algunas de las herramientas que podemos ofrecer los profesionales para abordar los problemas de Salud Mental son las siguientes: la psicoterapia, que tiene que ver con explorar los problemas de fondo que han dado lugar a que se desarrollen estos síntomas en este momento determinado y facilitar que la persona atendida pueda tomar conciencia de ellos, elaborar sus vivencias y tomar decisiones acordes con sus prioridades y con esos nuevos descubrimientos realizados a lo luz de la terapia; los psicofármacos, que pueden ser de ayuda para el control de los síntomas cuando estos bloquean completamente a la persona, impidiéndole incluso en algunos momentos ese trabajo psicoterapéutico. Desde esta perspectiva, un buen tratamiento en Salud Mental sería el que integra la proporción adecuada de cada uno de estos componentes individualizando cada caso. Habrá personas que necesiten fármacos y psicoterapia y otras que sólo necesiten psicoterapia. Considero que mi trabajo es explorar junto a la persona tanto los síntomas como los factores profundos que los han motivado para ayudar a que la persona atendida tome las decisiones que le permitan recuperar su calidad de vida y reconstruir su proyecto vital; favorecer la creación de factores de protección y ayudar a la persona a desarrollar todo su potencial.
